Londres (EFE). Una investigación ha revelado cómo la acupuntura consigue aliviar el dolor, ya que activa los receptores que reprimen el dolor, lo que hasta ahora era un misterio, publica la revista ‘Nature’.
Hasta ahora se pensaba que la efectividad de la acupuntura se debía a un efecto placebo, pero esta investigación de la Universidad de Rochester de Nueva York (EE.UU.) ha dado la clave para conocer qué mecanismos neurológicos se activan con la acupuntura para calmar dolores.
En la fase experimental de la investigación se practicó la acupuntura a ratones de laboratorio localizada en las rodillas, y constataron que en esos tejidos se produjo una concentración de adenosina, un neurotransmisor con efectos sedantes.
Ya se sabía que cualquier tipo de calmante requiere la presencia de un receptor de adenosina, que reside en la fibra nerviosa de los transmisores de dolor y que es capaz de paliar la actividad de dichas fibras.
El equipo encabezado por Maiken Nedergaard notó que no se producía ningún efecto calmante, ni se elevaban los niveles de adenosina en los ratones si simplemente se insertaban las agujas en la zona afectada.
Para que se produjera el efecto calmante, había que hacer rotar las agujas de manera intermitente, tal y como hacen los acupunturistas.
Además, los científicos encontraron que un medicamento que prolonga la presencia de la adenosina en los tejidos vivos ayudaba a provocar el efecto atenuante del dolor de la acupuntura en los ratones.
Fuente de información: EFE / El Comercio
Hasta ahora se pensaba que la efectividad de la acupuntura se debía a un efecto placebo, pero esta investigación de la Universidad de Rochester de Nueva York (EE.UU.) ha dado la clave para conocer qué mecanismos neurológicos se activan con la acupuntura para calmar dolores.
En la fase experimental de la investigación se practicó la acupuntura a ratones de laboratorio localizada en las rodillas, y constataron que en esos tejidos se produjo una concentración de adenosina, un neurotransmisor con efectos sedantes.
Ya se sabía que cualquier tipo de calmante requiere la presencia de un receptor de adenosina, que reside en la fibra nerviosa de los transmisores de dolor y que es capaz de paliar la actividad de dichas fibras.
El equipo encabezado por Maiken Nedergaard notó que no se producía ningún efecto calmante, ni se elevaban los niveles de adenosina en los ratones si simplemente se insertaban las agujas en la zona afectada.
Para que se produjera el efecto calmante, había que hacer rotar las agujas de manera intermitente, tal y como hacen los acupunturistas.
Además, los científicos encontraron que un medicamento que prolonga la presencia de la adenosina en los tejidos vivos ayudaba a provocar el efecto atenuante del dolor de la acupuntura en los ratones.
Fuente de información: EFE / El Comercio
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