(El Comercio).- Después de varias horas de sueño, el organismo nos pide comida. Pero, a veces, salimos de casa solo tomando un café o un vaso de jugo, lo que trae ciertas consecuencias. “A medida que avanza la mañana, estas personas entran a un período llamado hipoglicemia, donde bajan los niveles de glucosa. Entonces, empiezan a sentir cansancio, sueño, en algunos casos mareos, desgano o irritabilidad, dependiendo del organismo”, explica la nutricionista Sandra Carreras Polack.
Este es en realidad el efecto más leve, pues también puede resultar en un problema crónico si se hace costumbre no tomar desayuno. “Los jugos gástricos del estómago, al ver que no hay comida, empiezan a liberar ácidos, se inflaman las paredes del estómago y empieza la gastritis. También, al sentir hambre, el cuerpo trata de acumular grasas, que toma de los músculos, y puede generar flacidez, problemas de circulación y celulitis”, explica Carreras Polack.
Por ello, se recomienda no llegar al mediodía sin haber ingerido algo, pues se genera más ansiedad “El metabolismo se desequilibra, se vuelve más lento, se asimilan más calorías y la persona tiende a engordar”, comenta Domingo Carrera Morán, médico nutricionista de la clínica Angloamericana.
“ME SIENTO LLENA”
Ambos especialistas concuerdan en que un desayuno completo está compuesto por lácteos (leche o yogur), harinas (pan, cereales, quinua o avena) y frutas sólidas o en jugo.
A veces, nosotros o nuestros hijos nos acostamos tarde y no tenemos hambre en la mañana. En estos casos, lo ideal es fragmentar el desayuno. “Por ejemplo, puede tomar un jugo de frutas que aportan azúcares muy energéticos. Y luego, para complementarlo, que coma en la movilidad o en el primer recreo algún tipo de harina”, sugiere Carrera.
RICAS OPCIONES
Los panes con chicharrón y camote frito son deliciosos un domingo en la mañana, pero las grasas no deben ser parte de un desayuno diario. Por ello, según los especialistas, estas serían buenas opciones:
Una taza de cereales con yogur y algo caliente (café, leche o infusión)
Pan con jamón, café con leche y una mandarina.
Quinua, manzana y un vaso de leche.
Sándwich de queso o mantequilla, jugo de frutas y una bebida caliente.
Fuente de información: El Comercio
Este es en realidad el efecto más leve, pues también puede resultar en un problema crónico si se hace costumbre no tomar desayuno. “Los jugos gástricos del estómago, al ver que no hay comida, empiezan a liberar ácidos, se inflaman las paredes del estómago y empieza la gastritis. También, al sentir hambre, el cuerpo trata de acumular grasas, que toma de los músculos, y puede generar flacidez, problemas de circulación y celulitis”, explica Carreras Polack.
Por ello, se recomienda no llegar al mediodía sin haber ingerido algo, pues se genera más ansiedad “El metabolismo se desequilibra, se vuelve más lento, se asimilan más calorías y la persona tiende a engordar”, comenta Domingo Carrera Morán, médico nutricionista de la clínica Angloamericana.
“ME SIENTO LLENA”
Ambos especialistas concuerdan en que un desayuno completo está compuesto por lácteos (leche o yogur), harinas (pan, cereales, quinua o avena) y frutas sólidas o en jugo.
A veces, nosotros o nuestros hijos nos acostamos tarde y no tenemos hambre en la mañana. En estos casos, lo ideal es fragmentar el desayuno. “Por ejemplo, puede tomar un jugo de frutas que aportan azúcares muy energéticos. Y luego, para complementarlo, que coma en la movilidad o en el primer recreo algún tipo de harina”, sugiere Carrera.
RICAS OPCIONES
Los panes con chicharrón y camote frito son deliciosos un domingo en la mañana, pero las grasas no deben ser parte de un desayuno diario. Por ello, según los especialistas, estas serían buenas opciones:
Una taza de cereales con yogur y algo caliente (café, leche o infusión)
Pan con jamón, café con leche y una mandarina.
Quinua, manzana y un vaso de leche.
Sándwich de queso o mantequilla, jugo de frutas y una bebida caliente.
Fuente de información: El Comercio
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