(La República).- Entrevista. Félix Jiménez. El economista de la Pontificia Universidad Católica del Perú plantea una Economía Nacional de Mercado, que funcione en favor de los intereses nacionales.
(Por Omar Mariluz)
En sus últimas columnas usted plantea una “Economía Nacional de Mercado”. ¿En qué consiste?
Consiste en construir una economía en la que el circuito de generación de demanda e ingresos se centre en los mercados internos o al interior del país. Es decir, significa desarrollar un mercado nacional en el sentido de expandir los mercados internos que ya existen y crear otros a lo largo y ancho del país.
¿Y cómo lograrlo?
En primer lugar hay que hacer un esfuerzo para superar la desconexión entre la economía, la geografía y la demografía que el actual modelo reproduce, con inversiones en infraestructura económica y social a lo largo y ancho del país.
¿Hablamos de darle la espalda a la economía mundial?
Por supuesto que no. Es otra manera de concebir nuestra incorporación en una economía internacional más interdependiente o, como se dice, globalizada. Nuestra participación debe hacerse desarrollándonos internamente, aumentando la productividad y, de esa manera, ganando competitividad. Las ganancias de competitividad no deben basarse ni en la disminución de los salarios ni en la eliminación de los derechos laborales.
¿Pero la economía peruana no está ya integrada al mundo?
La economía peruana está penetrada por la economía internacional. Cuando se abre la economía de la manera como se hizo, el mercado interno fue penetrado por importaciones y el capital extranjero. Es una economía dependiente del capital extranjero, y en la receta neoliberal no hay políticas claras para promover al inversionista local o nacional.
Plantea que el Estado debe participar en las actividades estratégicas. ¿No cae en estatismo?
No veo razones para calificar la propuesta de estatista. El hecho de que se plantee recuperar el papel promotor del desarrollo del Estado no es estatismo. Plantear que las actividades que explotan recursos naturales, sobre todo en energía, se subordinen al interés nacional no tiene nada de estatismo.
¿Este modelo se acerca más al venezolano, ecuatoriano, boliviano o es totalmente original?
El gran defecto de nuestros adversarios es la tergiversación de los planteamientos. El nuestro es original, pensado en la realidad económica, social y política de nuestro país. Podrá coincidir con la voluntad de cambio estructural que hay en dichos países, pero la naturaleza del cambio que proponemos está básicamente enraizada en nuestra realidad.
“Están al servicio de los intereses económicos”
¿Qué es lo medular de su reciente libro La economía peruana del último medio siglo?
Se analiza el intento fallido de industrialización que ocurrió en el país en la década de los 60 y primera mitad de los 70. También se examina la caída espectacular del PBI que ocurrió en la última mitad de los 80, causada por las políticas desastrosas del primer gobierno de Alan García y que facilitó la restauración del modelo que la industrialización había intentado superar: el modelo primario exportador.
¿Cuál es su balance final?
Este gobierno no ha aportado nada en materia de política económica. Sirve a los intereses de los grupos de poder económico, dejando de lado los intereses de la nación. Es indignante la corrupción que exhibe. El daño moral que está haciendo a nuestra sociedad es enorme.
Fuente de información: La República
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