(El Comercio).- Los que ingresan a este consultorio médico lo hacen por curiosidad. Es una sencilla casa de madera levantada en medio del Parque de la Familia de San Borja, donde corren jóvenes deportistas, entusiastas señoras toman clases de baile y adultos mayores caminan relajados. Su ubicación no es casual: este es un servicio de salud dirigido solo a las personas sanas o que al momento de su consulta no presentan síntomas de ninguna enfermedad.
Se llama preventorio y es un modelo de atención que nos propone pensar diferente sobre nuestra salud. La idea es no esperar hasta sentirnos mal para ir al médico. Su propósito es la prevención de enfermedades y la detección precoz de una que es silenciosa y traicionera: el cáncer .
En Lima funcionan otros cuatro locales públicos como este a los que cualquier persona puede acceder en forma gratuita, pero aún muy pocas lo saben. Estos servicios administrados por el Ministerio de Salud (Minsa ) y las municipalidades están vacíos, mientras las salas de los hospitales se saturan de enfermos de cáncer con diagnósticos tardíos.
EN ABANDONO
Si bien el Minsa inició la implementación de preventorios el 2005, se olvidó de promocionarlos y darles apoyo económico para garantizar su continuidad. El servicio creado hace solo tres años en el hospital Santa Rosa de Pueblo Libre fue desarticulado hace poco por falta de personal.
En tanto, el que funciona en el hospital Daniel A. Carrión del Callao sobrevive en un pequeño ambiente de este nosocomio y sigue esperando que el gobierno regional chalaco cumpla su promesa de remodelarlo.
Las municipalidades de San Borja, Surquillo y Lince abrieron preventorios tras firmar convenios con el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN ) en los últimos años, pero comprobamos que sus locales tampoco tienen suficiente promoción y suelen estar vacíos. El municipio de Santa Anita creó en marzo pasado un preventorio y está en la etapa de difusión del servicio.
Que la prevención del cáncer no sea una política de salud prioritaria tiene un costo enorme que afecta a miles de familias peruanas. El oncólogo Ebert Poquioma, jefe del Departamento de Epidemiología del Cáncer del INEN, ha documentado que el Perú pierde 900 millones de dólares cada año por falta de fuertes políticas de prevención y detección temprana del cáncer. Todo este dinero significa un año de productividad perdido por muertes prematuras y vidas con discapacidad a causa de esta enfermedad.
Hay que considerar también el alto costo en tratamientos. Según Luis Pinillos Ashton, presidente de la Coalición Multisectorial Perú contra el Cáncer, cada caso atendido representa conservadoramente una inversión de 20.000 dólares. Si consideramos que un promedio de 42.000 personas se enteran que tienen cáncer por año, pero solo 12.000 tienen acceso a tratamientos, este grupo gastará 240 millones de dólares en curaciones o terapias paliativas.
Pese a que la implementación de un preventorio no requiere de grandes inversiones (se necesitan unos 25.000 dólares para adecuar un ambiente y adquirir los equipos básicos), está fuera de las prioridades del presupuesto de los hospitales públicos.
Ni siquiera Carlos Vallejos, ex ministro de Salud y actual director del INEN, prioriza la prevención: de los 140 millones de soles anuales que administra dicho instituto, se destinan entre 50.000 y 100.000 soles para esta labor.
El Estado creó la Coalición Multisectorial Perú contra el Cáncer, grupo que reúne a distintas instituciones para impulsar la prevención y detección temprana, pero depende de donaciones privadas para su supervivencia.
No se está combatiendo con la principal arma una enfermedad que es la segunda causa de muerte en el país y que emerge en una población que envejece sin hábitos de vida saludables.
¿CÓMO FUNCIONA?
A un preventorio los usuarios no vienen por recetas, sino para someterse a minuciosos chequeos que detecten lesiones precoces, pruebas de despistaje de cáncer (Papanicolaou y mamografía en las mujeres y evaluación de próstata en el caso de los hombres) y consejería en estilos de vida saludables. Si a una persona evaluada se le detecta algo anormal, es derivada al hospital o clínica donde puede recibir tratamiento. En ninguna municipalidad es requisito ser vecino de la zona.
Un gramo de prevención vale más que mil toneladas de curación. Ese es el axioma que guía a Elmer Huerta, el oncólogo peruano que hace más de dos décadas creó y puso en práctica este servicio en el hospital más grande de Washington (Estados Unidos), como una de las más innovadoras estrategias de la medicina preventiva.
Durante su práctica clínica en el INEN, Huerta compartió con muchos de sus pacientes el sinsabor de no haber hecho lo correcto en el momento preciso. No es posible — explica el especialista— curar a enfermos con tumores enormes y avanzados, pero las posibilidades son muchas cuando se logra una intervención temprana.
A SU SERVICIO
¿Dónde se ubican estos consultorios?
Callao: Hospital Daniel A. Carrión. El ingreso es por el jirón Colina 975, Bellavista. Teléfono: 429-6058. Cuesta 7 soles.
Lince: Cuadra 8 de la avenida Joaquín Bernal (parque Mariscal Castilla). Atención gratuita.
Surquillo: Jirón Morococha 198 (altura de la cuadra 43 de la avenida República de Panamá). Atención gratuita.
San Borja: Parque de la Familia (cruce de Boulevard y San Borja Norte). Atención gratuita.
Santa Anita: Cuadra 12 de la av. Los Eucaliptos (a 100 metros de la Universidad San Martín de Porres) Atención gratuita.
Despistajes: Están disponibles los locales de la Liga Peruana de Lucha contra el Cáncer en Pueblo Libre (Av. Brasil 2746), Jesús María (Jr. Cahuide 955) y Comas (Jr. Unión 606). En estos sitios la atención también es gratuita.
Los teléfonos de la Liga Peruana de Lucha contra el Cáncer son: 471-3376 y 471-7101.
Se puede reducir la cifra de muertos
Si todas las mujeres mayores de 40 años pasaran la prueba de mamografía una vez al año y el Papanicolaou desde que inician una vida sexual, las muertes por cáncer en el Perú se reducirían en 50%, sostiene el doctor Raúl Velarde, director médico de la Liga Peruana de Lucha Contra el Cáncer, uno de los grupos ciudadanos más activos y constantes en el fomento de la cultura de la prevención.
La mitad de los casos de cáncer en el país son ginecológicos (mama y cuello uterino) y la mayoría llega a manos de un especialista cuando se encuentra en etapa avanzada.
La Liga Peruana de Lucha contra el Cáncer tiene 18 preventorios privados en todo el país y cuatro unidades móviles donde los usuarios que lo deseen pueden someterse a un examen de descarte del cáncer. Dicho servicio tiene un costo simbólico de cinco soles, pero quienes carecen de recursos pueden ser atendidos en forma gratuita luego de conversar con la asistenta social. Cada año un promedio de 90.000 personas acuden a estos preventorios.
LAS CIFRAS
60%
De las neoplasias malignas se pueden curar si son diagnosticadas y tratadas oportunamente, según la Sociedad Americana del Cáncer.
70%*
De los casos de cáncer de cuello uterino en Lima se concentra en diez distritos donde vive la mayoría de pobres extremos, de acuerdo a datos del INEN.
Fuente de información: El Comercio
Por: Fabiola Torres López
No hay comentarios:
Publicar un comentario