Chiclayo, ago. 12 (ANDINA). Un adolescente de la élite Sipán, sepultado en un ataúd de caña hace 1,600 años a sólo 12 metros de distancia de la tumba del famoso jerarca moche hallado en 1987 y que maravilló al mundo, fue descubierto por arqueólogos de la Unidad Ejecutora Nº 111: Naylamp-Lambayeque.
El director del Proyecto Arqueológico Huaca Rajada-Sipán, Luis Chero Zurita, informó que hace una semana se halló al personaje, de sexo masculino, que tendría entre 14 y 15 años, y de una estatura aproximada de 1.35 metros.
Mencionó que el ataúd, de 1.45 metros de largo por medio metro de ancho, contenía los restos del menor, al cual le colocaron dos cuencos negros –uno en el lado derecho y el otro en el izquierdo–, así como una botella escultórica –de asa estribo y reborde con representación del maní– a la altura de los pies.
“Esta vasija escultórica en forma de maní es una cerámica particular, no hay otra cerámica de esa naturaleza encontrada a lo largo de los 23 años de trabajo en la zona, salvo en metal, que es el collar que tiene el Señor de Sipán.”
Refirió que la cerámica podría denotar que este personaje consolida la idea de los mochica de que vivirán después de la muerte. “El maní tiene esa característica: ingresa a la tierra y vuelve a germinar. Significa que la vida después de la muerte va a continuar”, explicó en declaraciones a la Agencia Andina.
Además, se halló una vasija de cerámica denominada canchero al lado derecho y una corona de cobre con la representación de un rostro humano. También se depositaron como ofrendas restos óseos de camélido (cabeza y parte del tórax).
Precisó que el hallazgo se realizó a un metro de profundidad y pertenecería al siglo IV después de Cristo.
El investigador puntualizó que el individuo sería 200 años más antiguo que el Señor de Sipán.
“El haberse hallado una corona de cobre a la altura del tórax le daría una posición privilegiada en la sociedad moche”, afirmó el especialista.
Agregó que este personaje podría corresponder al acompañante de un individuo de mayor rango político-social de la sociedad mochica, aún por descubrir en esta zona. "Pero también existe la posibilidad de que la tumba le pertenezca, pues carece de la característica principal de los guardianes: tener los pies mutilados.”
Chero informó que en los próximos días el antropólogo físico Mario Millones podrá definir la edad, el sexo, patologías (enfermedades) y causas probables de la muerte del personaje hallado. “El especialista analiza in situ con el instrumental que tiene y va limpiando despacio la pelvis, viendo las características que posee.”
Entierro más importante
Por su parte, el director del museo Tumbas Reales de Sipán, Walter Alva, destacó que esta tumba es la número 16 descubierta en la plataforma funeraria de Sipán.
“El hallazgo de esta tumba es de gran importancia, porque nos ayuda a conocer toda la secuencia de entierros de la élite mochica. Ésta corresponde a una fase media de todo el santuario Sipán. Aparentemente, se podría tratar del entierro que marca el preámbulo de otro más importante ubicado más abajo.”
Asimismo, destacó el hallazgo, junto al entierro, de una vasija con la representación escultórica del maní.
“Este símbolo es importante, porque el fruto de maní aparece en el contexto de los collares del Señor de Sipán y de la tumba saqueada. También hay unos ornamentos de cobre: una corona que tiene un apreciable tamaño con dos bandas laterales que se asocian y se parecen al entierro de la tumba Nº 14 del sacerdote guerrero." "Hasta el momento no existen armas, lo que nos puede indicar que estaríamos –quizás– frente a un personaje asociado a los rituales, es decir, un personaje de función estrictamente religiosa.”
Precisó que el entierro del personaje adolescente se “salvó milagrosamente” del saqueo, porque a ambos extremos, es decir al lado norte y sur, se observan evidencias de perforaciones de los saqueadores que afectaron el monumento antes de su intervención en 1987.
“Se trata de un personaje allegado o asistente religioso (de la élite Sipán). Un personaje que se manejaba en el entorno de la nobleza mochica que pertenecería al siglo IV de nuestra era.”
Por su parte, Celso Sialer, director ejecutivo de la Unidad Ejecutora Nº 111, indicó que la temporada de investigaciones 2010 en el complejo arqueológico de Sipán se inició en mayo pasado.
“Desde mayo a la fecha se han generado más de 6,000 jornales, en los cuales laboran 60 obreros, ocho arqueólogos y seis técnicos; beneficiando a la comunidad que vive cerca del importante monumento arqueológico de Lambayeque."
Puntualizó que para esta temporada se tiene programado invertir más de 460,000 nuevos soles en investigaciones arqueológicas en Huaca Rajada-Sipán, esperando que el próximo año el Ministerio de Economía y Finanzas destine un mayor presupuesto a fin de fortalecer la labor de los arqueólogos en los diversos frentes de investigación que existen en Lambayeque y ampliar su intervención a otros monumentos.
“Se busca desvelar a Perú y al mundo la majestuosidad de nuestras culturas prehispánicas. Con apoyo del Gobierno tenemos la gran posibilidad de realizar un trabajo sostenible y entregar al país y al mundo importantes hallazgos”, finalizó.
Fuente de información: Andina
El director del Proyecto Arqueológico Huaca Rajada-Sipán, Luis Chero Zurita, informó que hace una semana se halló al personaje, de sexo masculino, que tendría entre 14 y 15 años, y de una estatura aproximada de 1.35 metros.
Mencionó que el ataúd, de 1.45 metros de largo por medio metro de ancho, contenía los restos del menor, al cual le colocaron dos cuencos negros –uno en el lado derecho y el otro en el izquierdo–, así como una botella escultórica –de asa estribo y reborde con representación del maní– a la altura de los pies.
“Esta vasija escultórica en forma de maní es una cerámica particular, no hay otra cerámica de esa naturaleza encontrada a lo largo de los 23 años de trabajo en la zona, salvo en metal, que es el collar que tiene el Señor de Sipán.”
Refirió que la cerámica podría denotar que este personaje consolida la idea de los mochica de que vivirán después de la muerte. “El maní tiene esa característica: ingresa a la tierra y vuelve a germinar. Significa que la vida después de la muerte va a continuar”, explicó en declaraciones a la Agencia Andina.
Además, se halló una vasija de cerámica denominada canchero al lado derecho y una corona de cobre con la representación de un rostro humano. También se depositaron como ofrendas restos óseos de camélido (cabeza y parte del tórax).
Precisó que el hallazgo se realizó a un metro de profundidad y pertenecería al siglo IV después de Cristo.
El investigador puntualizó que el individuo sería 200 años más antiguo que el Señor de Sipán.
“El haberse hallado una corona de cobre a la altura del tórax le daría una posición privilegiada en la sociedad moche”, afirmó el especialista.
Agregó que este personaje podría corresponder al acompañante de un individuo de mayor rango político-social de la sociedad mochica, aún por descubrir en esta zona. "Pero también existe la posibilidad de que la tumba le pertenezca, pues carece de la característica principal de los guardianes: tener los pies mutilados.”
Chero informó que en los próximos días el antropólogo físico Mario Millones podrá definir la edad, el sexo, patologías (enfermedades) y causas probables de la muerte del personaje hallado. “El especialista analiza in situ con el instrumental que tiene y va limpiando despacio la pelvis, viendo las características que posee.”
Entierro más importante
Por su parte, el director del museo Tumbas Reales de Sipán, Walter Alva, destacó que esta tumba es la número 16 descubierta en la plataforma funeraria de Sipán.
“El hallazgo de esta tumba es de gran importancia, porque nos ayuda a conocer toda la secuencia de entierros de la élite mochica. Ésta corresponde a una fase media de todo el santuario Sipán. Aparentemente, se podría tratar del entierro que marca el preámbulo de otro más importante ubicado más abajo.”
Asimismo, destacó el hallazgo, junto al entierro, de una vasija con la representación escultórica del maní.
“Este símbolo es importante, porque el fruto de maní aparece en el contexto de los collares del Señor de Sipán y de la tumba saqueada. También hay unos ornamentos de cobre: una corona que tiene un apreciable tamaño con dos bandas laterales que se asocian y se parecen al entierro de la tumba Nº 14 del sacerdote guerrero." "Hasta el momento no existen armas, lo que nos puede indicar que estaríamos –quizás– frente a un personaje asociado a los rituales, es decir, un personaje de función estrictamente religiosa.”
Precisó que el entierro del personaje adolescente se “salvó milagrosamente” del saqueo, porque a ambos extremos, es decir al lado norte y sur, se observan evidencias de perforaciones de los saqueadores que afectaron el monumento antes de su intervención en 1987.
“Se trata de un personaje allegado o asistente religioso (de la élite Sipán). Un personaje que se manejaba en el entorno de la nobleza mochica que pertenecería al siglo IV de nuestra era.”
Por su parte, Celso Sialer, director ejecutivo de la Unidad Ejecutora Nº 111, indicó que la temporada de investigaciones 2010 en el complejo arqueológico de Sipán se inició en mayo pasado.
“Desde mayo a la fecha se han generado más de 6,000 jornales, en los cuales laboran 60 obreros, ocho arqueólogos y seis técnicos; beneficiando a la comunidad que vive cerca del importante monumento arqueológico de Lambayeque."
Puntualizó que para esta temporada se tiene programado invertir más de 460,000 nuevos soles en investigaciones arqueológicas en Huaca Rajada-Sipán, esperando que el próximo año el Ministerio de Economía y Finanzas destine un mayor presupuesto a fin de fortalecer la labor de los arqueólogos en los diversos frentes de investigación que existen en Lambayeque y ampliar su intervención a otros monumentos.
“Se busca desvelar a Perú y al mundo la majestuosidad de nuestras culturas prehispánicas. Con apoyo del Gobierno tenemos la gran posibilidad de realizar un trabajo sostenible y entregar al país y al mundo importantes hallazgos”, finalizó.
Fuente de información: Andina
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