(El Comercio).- A las 11:16 a.m. Manuel Burga hizo su ingreso a la Sala Cinco del edificio Víctor Raúl Haya de la Torre ubicado en el Congreso de la República y juró por Dios y ante la Biblia decir la verdad durante la comparecencia ante la Comisión de Juventud y Deporte por la crisis que afronta el deporte nacional.
El controvertido dirigente culpó al Congreso de la crisis en el deporte peruano y negó tener responsabilidad alguna en el tema de lavado de activos, los contratos de intermediación entre la FPF y el Instituto Alfonso Huapaya Cabrera y los contratos por derechos de televisión de la selección peruana de fútbol.
EL DISCURSO
Burga empezó aclarando que su presencia en el Congreso era “bajo protesta” porque considera que ha sido víctima de un trato “parcializado y excesivo”. De inmediato se dedicó a leer un discurso en el que encaró a los parlamentarios diciendo que “la crisis del deporte está en la pésima legislación deportiva”. Asimismo dijo que se han depositado “1 millón 250 mil dólares al IPD, sin destino ni obra conocida”.
Además señaló que no tiene que ninguna cuenta donde aloje algún dinero conseguido irregularmente porque desde el 2009 afronta un juicio. “¿Qué cuenta puedo tener?”, preguntó el presidente de la FPF, quien además dijo que las imputaciones en su contra están basadas “en chismes” y argumentos sin fundamento.
También se quejó por cómo se ha tratado el tema de su salida a Sudáfrica. “Recuso la actitud que hubo contra mi persona diciendo que abandoné al país sin permiso del Poder Judicial, el 31 de marzo la Tercera Sala Civil de Reos Libres emitió una resolución donde dice que sólo debo comparecer a la sede cuando sea llamado”, indicó.
Cabe indicar que antes de empezar el interrogatorio, el mayor encargado de hacer cumplir la citación de grado con fuerza contra Burga dio cuenta del operativo que realizaron para llevarlo al Parlamento desde la cuadra 20 de la avenida Aviación.
La prensa que asistió al acto se quedó con una frase del polémico dirigente: “Ejerceré mi derecho a guardar silencio, pero eso no es consentimiento a algún acto ilegal sino un respeto a la institución que presido”. ¿Hasta cuándo?
Fuente de información: El Comercio
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