(El Comercio).- En menos de quince días, estará listo el nuevo reglamento que establecerá fuertes multas para los peatones que violen las normas de tránsito. Esta medida busca crear conciencia en los transeúntes, al tomar en cuenta que el 40% de los accidentes fatales ocurridos entre enero y junio de este año en Lima fueron causados por los que van a pie. Sin embargo, vale la pena preguntar si nuestra ciudad está diseñada para ellos y cuánto afecta este diseño en su conducta.
El Comercio consultó a una serie de especialistas en el tema de movilidad y espacio público, quienes coincidieron en señalar que Lima no es una ciudad amigable para los peatones y que es necesario tomar medidas para que estos se sientan más seguros.
CIUDAD PARA AUTOS
“Te voy a dar un ejemplo. Tenemos el caso del Hospital del Niño. Allí se ha construido un puente peatonal por el que tienen que subir mujeres con niños, ancianos, discapacitados. Todos ellos deben realizar ese esfuerzo porque es el auto el que tiene preferencia en Lima”, señaló a este Diario Pau Avellaneda, investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona. Avellaneda participó en el foro “Movilidad cotidiana: por una ciudad para todos”, organizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), la Universidad Antonio Ruiz de Montoya y el Instituto para la Ciudad en Movimiento.
Dicha situación es una tendencia en muchas ciudades latinoamericanas, según indica Rosanna Forray, doctora en urbanismo y catedrática de la Pontificia Universidad Católica de Chile. “Tanto en Lima como en Santiago de Chile, debido a la presión por el crecimiento de la ciudad que lleva a la construcción de carreteras, se ha privilegiado al automóvil sobre el peatón cuando debería ser al revés”, explicó.
Por su parte, Mariana Alegre Scorza, investigadora de la PUCP, afirma que esta situación provoca que en muchos casos los peatones se vean obligados a buscar soluciones individuales a los problemas que se les presentan al desplazarse por la ciudad.
CAMBIOS EN EL DISEÑO
Para Alegre, el principal problema que afronta Lima es del diseño; y sin él no se puede pensar en mejorar el problema de las malas prácticas de los peatones.
“No es justo que los peatones tengan que caminar cerca de 500 metros para cruzar una pista”, expuso Forray.
Según Avellaneda, es posible encontrar soluciones a través de rediseños que hagan que las vías sean más agradables para los transeúntes. “Hemos olvidado que las personas habitualmente nos desplazamos caminando y hay que pensar en la ciudad siguiendo esa lógica”, expuso.
Para Forray, una ciudad con más caminos para peatones termina repercutiendo en otros aspectos de la ciudad. “Incide en la salud y la sensación de seguridad de los transeúntes ya que evita el estrés de estar pensando en los autos que vienen”, concluyó.
MÁS DATOS
Las fallas de los transeúntes:
Según estadísticas de la Policía de Tránsito, el 80% de los transeúntes en Lima no respeta las disposiciones de seguridad vial.
Entre los principales errores cometidos por peatones, destacan el no obedecer las señales viales, no esperar la luz verde del semáforo para cruzar, no usar los puentes peatonales y atravesar la pista sin usar el crucero peatonal.
El Centro para el Desarrollo Económico Social y Ambiental (Cepadesa) propone que el peatón que viole las normas de tránsito sea sancionado principalmente con trabajos comunitarios, pero que se le dé la posibilidad de canjearlos por el pago de una multa.
Fuente de información: El Comercio
El Comercio consultó a una serie de especialistas en el tema de movilidad y espacio público, quienes coincidieron en señalar que Lima no es una ciudad amigable para los peatones y que es necesario tomar medidas para que estos se sientan más seguros.
CIUDAD PARA AUTOS
“Te voy a dar un ejemplo. Tenemos el caso del Hospital del Niño. Allí se ha construido un puente peatonal por el que tienen que subir mujeres con niños, ancianos, discapacitados. Todos ellos deben realizar ese esfuerzo porque es el auto el que tiene preferencia en Lima”, señaló a este Diario Pau Avellaneda, investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona. Avellaneda participó en el foro “Movilidad cotidiana: por una ciudad para todos”, organizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), la Universidad Antonio Ruiz de Montoya y el Instituto para la Ciudad en Movimiento.
Dicha situación es una tendencia en muchas ciudades latinoamericanas, según indica Rosanna Forray, doctora en urbanismo y catedrática de la Pontificia Universidad Católica de Chile. “Tanto en Lima como en Santiago de Chile, debido a la presión por el crecimiento de la ciudad que lleva a la construcción de carreteras, se ha privilegiado al automóvil sobre el peatón cuando debería ser al revés”, explicó.
Por su parte, Mariana Alegre Scorza, investigadora de la PUCP, afirma que esta situación provoca que en muchos casos los peatones se vean obligados a buscar soluciones individuales a los problemas que se les presentan al desplazarse por la ciudad.
CAMBIOS EN EL DISEÑO
Para Alegre, el principal problema que afronta Lima es del diseño; y sin él no se puede pensar en mejorar el problema de las malas prácticas de los peatones.
“No es justo que los peatones tengan que caminar cerca de 500 metros para cruzar una pista”, expuso Forray.
Según Avellaneda, es posible encontrar soluciones a través de rediseños que hagan que las vías sean más agradables para los transeúntes. “Hemos olvidado que las personas habitualmente nos desplazamos caminando y hay que pensar en la ciudad siguiendo esa lógica”, expuso.
Para Forray, una ciudad con más caminos para peatones termina repercutiendo en otros aspectos de la ciudad. “Incide en la salud y la sensación de seguridad de los transeúntes ya que evita el estrés de estar pensando en los autos que vienen”, concluyó.
MÁS DATOS
Las fallas de los transeúntes:
Según estadísticas de la Policía de Tránsito, el 80% de los transeúntes en Lima no respeta las disposiciones de seguridad vial.
Entre los principales errores cometidos por peatones, destacan el no obedecer las señales viales, no esperar la luz verde del semáforo para cruzar, no usar los puentes peatonales y atravesar la pista sin usar el crucero peatonal.
El Centro para el Desarrollo Económico Social y Ambiental (Cepadesa) propone que el peatón que viole las normas de tránsito sea sancionado principalmente con trabajos comunitarios, pero que se le dé la posibilidad de canjearlos por el pago de una multa.
Fuente de información: El Comercio
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