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miércoles, 18 de agosto de 2010

Esta es la historia del agricultor que cría camarones gigantes en Junín

(El Comercio).- Los restaurantes y recreos campestres del distrito de Coviriali, en Satipo, han añadido un inusual aunque exquisito elemento a la riquísima gastronomía que ofrecen: camarones. Sí, camarones gigantes de Malasia en plena selva central de Junín.
Ello ha sido posible gracias a la iniciativa de Jesús Ticse Palacios, un ingeniero agrónomo que decidió convertir los campos en los que cultivaba naranjos en una piscigranja donde cría estos crustáceos, además de peces tropicales.
La idea surgió tras un viaje que hiciera a Brasil hace cuatro años, donde vio cómo la crianza del camarón gigante de Malasia se desarrollaba con éxito. Al retornar a Satipo decidió dejar los naranjos, lo cual provocó el asombro de familiares y agricultores vecinos que pensaron que se había vuelto loco.
“Cuando empecé a cavar para aprovechar el agua de dos manantiales que bajan de la quebrada hacia mi propiedad, todos se convencieron de que el viaje me había afectado, pero como no los perjudicaba en nada, me dejaron hacer lo que quería. Luego empecé a importar las larvas de los camarones y las empecé a criar en los estanques”, cuenta Jesús.
Añade que tras este tiempo ya tiene una producción sostenida al año de 250 kilos de camarones gigantes, los cuales se crían en sus 22 estanques. Esa producción es vendida con éxito a locales de esparcimiento de Satipo e incluso a un conocido hipermercado limeño.
Jesús detalla que la piscigranja se llama Selva Central y se ubica en una extensión de dos hectáreas. Narra también que los crustáceos pueden llegar a pesar hasta 70 gramos por unidad y que el kilogramo se puede llegar a vender hasta en 30 soles. Entre los peces que cría se encuentran el paco, la gamitana y un híbrido producto del cruce de estas dos variedades.

PARA VISITAR
La piscigranja Selva Central se ve inmersa dentro de un proyecto de turismo vivencial y gastronómico que Jesús hizo realidad gracias a un crédito de la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide), entidad que ayuda a quienes quieran incursionar en esta actividad económica.
El recinto puede ser visitado por turistas, quienes no solo pueden aprender un poco del proceso productivo, sino además saborear deliciosos platillos y sopas, como chupes, sudados, picantes, camarones a la plancha, cocidos al vapor, en vino, en guarniciones cremosas y más.


Fuente de información: El Comercio
Por Raúl Mayo Filio

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