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martes, 26 de abril de 2011

Jorge Ferrand: A fuerza de persistencia traje a Sting y ahora a Paul McCartney

Lima, abr. 25 (ANDINA). El empresario Jorge Ferrand es el gestor de que el ex Beatle Paul McCartney llegue al Perú y lo convierta por un día en la vitrina mundial del rock. Es afable, romántico y en el otoño de su vida llega satisfecho, según se lo contó a Variedades.
¿Es un fan enamorado de Paul McCartney o de los Beatles?
-Los Beatles fueron importantes en mi vida adolescente y joven. A los 14 años, en el colegio secundario, la primera música que empecé a oír fue la de ellos. Yo estudié en el colegio nacional San Isidro, en Buenos Aires.

Fue como premonitorio…
-Quizás lo fue, pero nunca lo pensé. Lo curioso, es que la mitad de la clase era hincha de los Rolling Stone y la otra, de los Beatles. De esta, la mitad era de John Lennon, y la otra de Paul McCartney. Yo era parte de ese grupo. Pero no tengo un fan en el corazón.

No se moría por traerlo pero, ¿cómo lo logró?
-Cuando uno es empresario conoce a solistas, grupos y bandas de todo el mundo. Yo empecé mis negociaciones con él hace dos años. Un gran amigo argentino en Chile me comentó que McCartney estaba viendo la posibilidad de regresar a Latinoamérica nuevamente y me puso en contacto con su manager.

¿Quiso tirar la esponja en algún momento?
-No. Yo traje a Sting en febrero pero desde hace 15 años quise traerlo al Perú. Me demoré un poco.

Es persistente…
-Es mi trabajo. La biblia dice que el hombre pelea la batalla y Dios te da la victoria. Soy cristiano, creo en eso.

¿Cuándo llegó al Perú?
-En 1978 a poner un pub con música, fue el Lion’s Pub donde se ubica hoy Las brujas de Cachiche. Allí tocaron Micky González y Jean Pierre Magnet. Mi amiga Chabuca Granda hizo su última presentación en vida allí. Ella me puso como condición que dos discípulos de ella cantaran: Kiri Escobar y Andrés Soto. Fue un bar muy importante.

¿Y por qué vino al Perú?
-Me casé con una peruana en 1973. Tuve un hijo con ella, el mayor, Gonzalo. Yo venía durante las vacaciones de verano y noté que no había Pub en Lima. Cuando me separé de ella nos vinimos mi hermano y un amigo a buscar la vida. Encontré una casa y creamos el Lion’s Pub.

¿Tuvo éxito?
-Me fue muy bien. De allí creé el Satchmo Jazz Bar que presentó a Dizzy Gillespie y Paquito de Rivera… ¡tantos artistas! Hasta que empezamos con la moda latina a partir del Sicla en 1986 durante el primer gobierno de Alan García. Traje a Mario Leal y allí me di cuenta que la música en español era lo que le gustaba a la gente. Luego vinieron María Martha Sierra Lima, Armando Manzanero, Pablo Milanés, Irakere…

¿Es empresario o promotor?
-Mi ansia de ser empresario de música fue para promover la música.

¿Ha hecho música?
-Cuando era chico me encantaba tocar un poquito el piano y la guitarra. A veces la toco, pero fíjese qué loco, la primera canción que aprendí a tocar en guitarra fue Let it Be. Después la saqué en piano.

¿Cuál es su música preferida?
-La música es un estado de ánimo. Me gusta en forma general. A veces escucho tango en la mañana, pero también clásica o jazz. Toda la música que me gusta la tengo reunida en un Ipod que llevo a todos lados: baño, auto, casa de playa. Tiene más de 4 mil canciones.

¿Imaginó ser empresario de músicos importantes?
-Jamás. En el otoño de mi vida, esto que he logrado ahora es un regalo de Dios. Yo no tenía pensado hacerlo. Usted no se imagina cómo estaba todo desalineado y cómo él lo ha ido alineando todo para que este concierto se realice.

Usted fue manager de Armando Manzanero…
-En 1987 me propuso que lo fuera, y anduve rodando el mundo con él por un lapso de 10 años. Él me presentó a Roberto Carlos, Julio Iglesias, Pablo Milanés, Luis Miguel…

Es un empresario de la música que se desarrolló en diferentes áreas…
-Así se fueron dando las cosas. Nunca tuve metas, no pensé en Paul McCartney ¡Gracias a Dios! A mi solo me interesó hacer un pub musical porque me gustaba la música… por eso vine a este país, yo no pensaba nada más. Dios me fue regalando las cosas a mí.

¿Se siente recompensado?
-Creo que obrar bien te lleva por buen camino. Después de 33 años, mi nombre es garantía de que nunca engañé a nadie. Siempre quise construir esa confianza. Me gusta. Además este trabajo me ha permitido vivir muy bien y que a mis hijos no les falte nada.

Ese trabajo le exige ser organizado…
-Si, pero en la vida se tiene que ser organizado. Para ser periodista, zapatero o cebichero…

¿En todas las áreas de su vida es así?
-No. En el amor fracasé bastante. Me casé y separé tres veces. No es ninguna virtud sino un defecto. Un tipo organizado se casa una sola vez y tiene una mujer para toda la vida. No tengo problema de que mi vida no haya sido así, pero me hubiera gustado más ser hombre de una sola mujer y tener los hijos que tengo con una sola madre.

¿Cómo es en el trabajo?
-Me considero un tipo muy rígido, aferrado a la letra, la gente que trabaja conmigo desde hace muchos años me conoce. Soy un jefe exigente, a veces medio gritón. Me exacerbo demasiado. Tal vez soy un poco intolerante.

¿Qué lo tranquiliza?
-Tengo una casita en la playa, frente al mar, en el Km. 56. Me encanta cocinar parrilla, pastas, ñoquis amasados por mí. Me gusta recibir gente en mi casa y cocinarles, ofrecerles un buen vino, compartir una mesa, la música y la palabra.

Es un admirador del Che Guevara (sobre una pared de su oficina hay una secuencia de sus fotos enmarcada), ¿ha sido revolucionario?
-No, sólo soy un gran admirador del Che. He leído su obra completa, sus diarios, todo lo que he podido porque me apasionó que sea un ser humano fiel a su palabra y destino. Lo dio todo a la revolución cubana, luego se fue a Angola a continuarla y después a otros pueblos para liberarlos…
¿Tiene ideales?
-Sí. Me siento capitalista porque vivo en una sociedad así, pero me siento socialista de mente. Es decir, no me engaño. Considero que el socialismo es importante para los pueblos, pero vivo en un mundo capitalista. Me siento socialista de corazón.

¿Le gusta hablar de política?
-No, porque soy extranjero, nunca me nacionalicé peruano. Prefiero no hacerlo.

¿Por qué no se nacionalizó peruano?
-Porque estoy orgulloso de ser argentino, soy feliz de vivir en este país santo de donde no me iría nunca y en donde me enterrarán. Yo no regresaré a vivir en Argentina, lo digo de corazón, no porque reniegue si no porque este país me recibió con los brazos abiertos. Lo amo: tengo 33 años de peruano y 24 de argentino.

¿Qué ama de nuestro país?
-Sobre todo a su gente. El peruano es exageradamente amable, abierto. Me gusta tremendamente la comida. Como mucho pescado, mariscos y pollo. Además mis dos hijos viven acá y mi nieta de 7 años. En Argentina tengo dos hermanos menores que quiero mucho y visito.

¿Qué le gusta de ser argentino?
-Siento orgullo cuando digo que el Che Guevara es argentino y tomo mate todos los días.

¿Qué desea hacer después de traer al ex Beatles?
-¿En mi vida personal o profesional? Porque lo que más aspiro es irme a vivir a Máncora, escuchar la música que me falta escuchar, leer los libros que me faltan leer, y ver las películas que me faltan ver.

¿Le gusta estar solo?
-No, no puedo. Necesito estar siempre con un amigo o amiga. Soy independiente y me gusta compartir. Tengo una compañera con la que paso mis momentos a solas, que compartimos una vida muy parecida. No soy noctámbulo, me duermo 9:30 o 10 de la noche. Juego tenis tres veces a la semana desde hace 10 años.

¿Qué canciones de McCartney le recomendaría al público?
-Yo les aconsejaría que el día del concierto se levanten en buena onda, que digan “hoy voy a vivir la fiesta de ver a Paul McCartney, se vistan con ropas ligeras y cómodas y vayan temprano y empiecen el día escuchando: Hey Jude, Yesterday y Let it Be.

¿Es romántico?
-Si, recontra. Escucho una canción de esas, y me gusta estar con una chica linda, tomarle la mano e invitarle una copita de vino.

¿Una pregunta del estribo, por qué habla del otoño de su vida?
-He dividido mi vida en tres tercios: hasta los 25 años uno estudia y se prepara; de allí a los 50 años, se desarrolla como ser humano, forma su hogar y empresa; de allí en adelante, hasta donde llegues, pero viviendo bien. Soy un optimista. Como dice el compositor argentino Víctor Heredia: tengo la dentadura firme y el esperma urgente, qué más quiero… (Risas)


Fuente de información:Andina
Por Susana Mendoza

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