(El Comercio).-El primer gol de “Periquito” Chiroque a los 42’ llegó para cerrar con seguridad el primer tiempo de un partido parejo, y así lo entendió Sergio Markarián. Y eso se puede percibir en la celebración del primer tanto blanquirrojo, con una alegría contenida y unas ganas de que los goles sigan llegando.
El segundo tiempo empezó y el segundo gol peruano, resultado de una jugada entre Chiroque y Paolo Guerrero, hizo que el “Mago” suelte una alegría mayor y unos gritos de emoción merecidos. Perú pensaba asegurarse la victoria sobre Venezuela y ni los jugadores ni Markarián veían el momento para que llegue el segundo.
Entonces llegó el único gol del rival, ese que por unos minutos puso en aprietos a un Perú que dejó que la ofensiva venezolana penetrara en el arco nacional faltando solo 15 minutos para el silbatazo final. Pero fue el tercer gol, ese que llegó de los pies de Guerrero otra vez, el que volvió a reafirmar que Perú no iba a dejarse empatar.
Guerrero sabía que le había dado tremenda alegría a su director técnico y no dudó en ir a abrazarlo para festejar el tercer gol peruano. Casi al final del partido, era firmar con un 3-1 la victoria peruana. La emoción del “Mago” se desbordó como pocas veces se ha visto en todos sus partidos con la selección nacional.
El último gol fue una consecuencia natural de una Venezuela de 10 hombres tirada para el ataque y de un Advíncula que se le escapó por la banda a los rivales y que le puso el balón en los pies a Guerrero para que meta su tercer gol, el cual cerró la goleada que dejó a Perú en un tercer puesto de la Copa que será recordado por mucho tiempo.
Fuente de información: El Comercio
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