(El Comercio).- Ir a comprar pan para el desayuno del domingo pasado resultó ser una involuntaria sesión de ejercicios. Salí de mi casa hacia Vivanda de la avenida Benavides, en Miraflores, apenas a una cuadra y media de distancia. En el camino, me vi en la obligación de llamar a mi esposa para hacerle una consulta específica sobre lo que debía comprar, cuando caí en la cuenta de que había olvidado mi celular. “No hay problema —pensé—, tengo un par de monedas”. Uno de los teléfonos públicos cercanos era mi opción.
Esa decisión fue el inicio de un recorrido absurdo. El primer teléfono público que quise usar, ubicado en la puerta del supermercado, no daba tono. El segundo era incapaz de recibir mis monedas. Caminé una cuadra hacia una cabina telefónica de otra compañía y se tragó la primera de las dos monedas de S/.0,50. Decidí convertir en un reto encontrar un teléfono público que funcionara, reto que 6 cuadras, 9 teléfonos públicos y S/.3 menos después, resultó ser infructuoso. Regresé a mi casa cansado y sin desayuno.
LAS CIFRAS
Según Osiptel (Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones), existen 99.807 teléfonos públicos ubicados en Lima y Callao. Las empresas que dominan este mercado son Telefónica del Perú, que acapara el 92% de la torta con 91.844 en 42 distritos; y Telmex Perú, que tiene el 5% con 5.300 aparatos ubicados en 30 distritos. El 3% restante se reparte en compañías de menor alcance.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, la proliferación indiscriminada de teléfonos celulares en Lima no le ha hecho ni cosquillas a la telefonía pública. Es más, las cifras demuestran que la cantidad de teléfonos públicos se ha cuadruplicado desde 1998 (25.513) hasta la actualidad (99.807). La densidad también se ha incrementado de manera importante. Mientras que en 1998 había 3,2 teléfonos públicos por cada mil habitantes, en el 2010 esa cifra llega a 10,7.
Guillermo Farfán, gerente de Telefonía Pública y Rural de Telefónica del Perú, explica que este incremento se debe a que la telefonía pública es la forma de comunicación más barata que existe en el país. “Además, ofrece la facilidad de usar monedas de muy baja denominación [desde S/.0,20], ventaja que no ofrecen otros medios de comunicación”.
Mariano Orihuela, director de la Unidad de Negocio Alámbrico de Telmex Perú, añade que “la telefonía pública permite establecer la comunicación con un costo específico por transacción. Además, existen varias promociones para llamadas de larga distancia y se convierten así en el servicio ideal para necesidades eventuales de este tipo”.
DESTRUCCIÓN MASIVA
Pese a los beneficios que este sistema ofrece a la comunidad, los niveles de vandalismo e intento de fraude del que es víctima son extremadamente altos. En el primer semestre del 2010 se han reportado 62.245 casos de este tipo solo en Lima.
El ingeniero Luis Montes, experto en telecomunicaciones y servicios públicos, asegura que la principal causa de fallas en los teléfonos públicos tiene su origen en un intento de fraude o robo. “El atoro de monedas, la más común de las averías a las que se enfrentan los usuarios [80%], se debe generalmente a que alguien ha intentado previamente sacar el dinero del teléfono y ha dañado el sistema de recolección”.
El caso es grave no solo por la incomodidad que implica para los usuarios, sino porque representa un fuerte gasto en reparación. Según Guillermo Farfán, durante el primer semestre del 2010 los actos de vandalismo y fraudes en todo el país han demandado a Telefónica un gasto de reparación de S/.2’423.335.
El vandalismo ha obligado a las empresas prestadoras de este servicio a crear la figura de teléfonos públicos interiores, aquellos ubicados en bodegas y otros negocios. Sin embargo, las limitaciones de horario y accesibilidad los hacen mucho menos útiles que las cabinas callejeras.
Fuente de información: El Comercio
Por César Sarria Gomi
Esa decisión fue el inicio de un recorrido absurdo. El primer teléfono público que quise usar, ubicado en la puerta del supermercado, no daba tono. El segundo era incapaz de recibir mis monedas. Caminé una cuadra hacia una cabina telefónica de otra compañía y se tragó la primera de las dos monedas de S/.0,50. Decidí convertir en un reto encontrar un teléfono público que funcionara, reto que 6 cuadras, 9 teléfonos públicos y S/.3 menos después, resultó ser infructuoso. Regresé a mi casa cansado y sin desayuno.
LAS CIFRAS
Según Osiptel (Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones), existen 99.807 teléfonos públicos ubicados en Lima y Callao. Las empresas que dominan este mercado son Telefónica del Perú, que acapara el 92% de la torta con 91.844 en 42 distritos; y Telmex Perú, que tiene el 5% con 5.300 aparatos ubicados en 30 distritos. El 3% restante se reparte en compañías de menor alcance.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, la proliferación indiscriminada de teléfonos celulares en Lima no le ha hecho ni cosquillas a la telefonía pública. Es más, las cifras demuestran que la cantidad de teléfonos públicos se ha cuadruplicado desde 1998 (25.513) hasta la actualidad (99.807). La densidad también se ha incrementado de manera importante. Mientras que en 1998 había 3,2 teléfonos públicos por cada mil habitantes, en el 2010 esa cifra llega a 10,7.
Guillermo Farfán, gerente de Telefonía Pública y Rural de Telefónica del Perú, explica que este incremento se debe a que la telefonía pública es la forma de comunicación más barata que existe en el país. “Además, ofrece la facilidad de usar monedas de muy baja denominación [desde S/.0,20], ventaja que no ofrecen otros medios de comunicación”.
Mariano Orihuela, director de la Unidad de Negocio Alámbrico de Telmex Perú, añade que “la telefonía pública permite establecer la comunicación con un costo específico por transacción. Además, existen varias promociones para llamadas de larga distancia y se convierten así en el servicio ideal para necesidades eventuales de este tipo”.
DESTRUCCIÓN MASIVA
Pese a los beneficios que este sistema ofrece a la comunidad, los niveles de vandalismo e intento de fraude del que es víctima son extremadamente altos. En el primer semestre del 2010 se han reportado 62.245 casos de este tipo solo en Lima.
El ingeniero Luis Montes, experto en telecomunicaciones y servicios públicos, asegura que la principal causa de fallas en los teléfonos públicos tiene su origen en un intento de fraude o robo. “El atoro de monedas, la más común de las averías a las que se enfrentan los usuarios [80%], se debe generalmente a que alguien ha intentado previamente sacar el dinero del teléfono y ha dañado el sistema de recolección”.
El caso es grave no solo por la incomodidad que implica para los usuarios, sino porque representa un fuerte gasto en reparación. Según Guillermo Farfán, durante el primer semestre del 2010 los actos de vandalismo y fraudes en todo el país han demandado a Telefónica un gasto de reparación de S/.2’423.335.
El vandalismo ha obligado a las empresas prestadoras de este servicio a crear la figura de teléfonos públicos interiores, aquellos ubicados en bodegas y otros negocios. Sin embargo, las limitaciones de horario y accesibilidad los hacen mucho menos útiles que las cabinas callejeras.
Fuente de información: El Comercio
Por César Sarria Gomi
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