(El Comercio).-No se trata de algo fácil. Abrir o, mejor dicho, mantener abierto un restaurante es una tarea titánica, es bastante demandante. Y en esta oportunidad no nos estamos refiriendo al dinero que se necesita. ¿Siempre soñaste con tener un restaurante y ahora que estamos viviendo un boom gastronómico la idea se te presenta más atractiva? No te dejes llevar por el entusiasmo y piénsalo dos veces.
MADERA DE RESTAURANTERO
“No basta con ser un gran anfitrión o un buen cocinero. Eso motiva a muchas personas a abrir sus propios restaurantes, pero pronto se dan cuenta que necesitan tener muchas más habilidades para ser exitosos y, además de eso, el trabajo físico es extenuante”, señalan Nina y Tim Zagat, fundadores de la guía Zagat, en un artículo publicado en “The Wall Street Journal”. Revisemos cuáles son estas cualidades. Lo primero es saber algo de bienes raíces para conseguir y asegurar un local con buena ubicación a un precio razonable. De ahí pasamos a la decoración, ya que es importante que el ambiente sea agradable y acogedor para que a tus futuros clientes les encante pasar tiempo ahí. Después están las compras de los insumos que se utilizarán en el restaurante. Ojo que este es un factor importantísimo porque es uno de los pilares de la calidad de la comida. “Adquirir productos perecibles en grandes cantidades no es lo mismo que pasear por un pasadizo del supermercado. Si compras mucho, literalmente estarás botando tu dinero a la basura. Si compras muy poco, te quedarás sin materia prima”, señalan los Zagat. Luego están las características inherentes a la personalidad de cada uno: hay que ser buen jefe. Acuérdate que vas a tener que contratar, entrenar y supervisar a un heterogéneo grupo de cocineros, limpiadores, mozos y demás empleados. Y un detalle: no se trata de contratar a cualquier persona, sino a alguien hospitalario y con vocación de servicio, y para detectar esas cualidades hay que tener buen olfato. Además de todo el trabajo que vas a tener “tras bastidores”, ante el público siempre tienes que mostrar una buena cara. Y no solo eso, sino aprenderte los nombres de los clientes frecuentes. Otra cosa importante: tienes que ser una máquina de relaciones públicas y darte a conocer. “Si la gente no sabe que existen, no acudirán a ti para comer”, aseguran y agregan que en esta época es crucial entender y saber manejar las redes sociales.
NO ES UN HOBBY
Si bien es necesario que tengas un excelente equipo de cocina, eso no te garantizará el éxito. “Atender a cientos de personas a la carta es totalmente diferente que cocinar una cena para un grupo de amigos. Ni tampoco tan entretenido”. Como restaurantero tendrás que trabajar largas horas, por lo menos seis días a la semana. Y tendrás que olvidarte de los feriados y días festivos, ya que en este rubro esas fechas representan gran movimiento en el negocio. Como verás, tener y mantener un restaurante es un gran reto.
MADERA DE RESTAURANTERO
“No basta con ser un gran anfitrión o un buen cocinero. Eso motiva a muchas personas a abrir sus propios restaurantes, pero pronto se dan cuenta que necesitan tener muchas más habilidades para ser exitosos y, además de eso, el trabajo físico es extenuante”, señalan Nina y Tim Zagat, fundadores de la guía Zagat, en un artículo publicado en “The Wall Street Journal”. Revisemos cuáles son estas cualidades. Lo primero es saber algo de bienes raíces para conseguir y asegurar un local con buena ubicación a un precio razonable. De ahí pasamos a la decoración, ya que es importante que el ambiente sea agradable y acogedor para que a tus futuros clientes les encante pasar tiempo ahí. Después están las compras de los insumos que se utilizarán en el restaurante. Ojo que este es un factor importantísimo porque es uno de los pilares de la calidad de la comida. “Adquirir productos perecibles en grandes cantidades no es lo mismo que pasear por un pasadizo del supermercado. Si compras mucho, literalmente estarás botando tu dinero a la basura. Si compras muy poco, te quedarás sin materia prima”, señalan los Zagat. Luego están las características inherentes a la personalidad de cada uno: hay que ser buen jefe. Acuérdate que vas a tener que contratar, entrenar y supervisar a un heterogéneo grupo de cocineros, limpiadores, mozos y demás empleados. Y un detalle: no se trata de contratar a cualquier persona, sino a alguien hospitalario y con vocación de servicio, y para detectar esas cualidades hay que tener buen olfato. Además de todo el trabajo que vas a tener “tras bastidores”, ante el público siempre tienes que mostrar una buena cara. Y no solo eso, sino aprenderte los nombres de los clientes frecuentes. Otra cosa importante: tienes que ser una máquina de relaciones públicas y darte a conocer. “Si la gente no sabe que existen, no acudirán a ti para comer”, aseguran y agregan que en esta época es crucial entender y saber manejar las redes sociales.
NO ES UN HOBBY
Si bien es necesario que tengas un excelente equipo de cocina, eso no te garantizará el éxito. “Atender a cientos de personas a la carta es totalmente diferente que cocinar una cena para un grupo de amigos. Ni tampoco tan entretenido”. Como restaurantero tendrás que trabajar largas horas, por lo menos seis días a la semana. Y tendrás que olvidarte de los feriados y días festivos, ya que en este rubro esas fechas representan gran movimiento en el negocio. Como verás, tener y mantener un restaurante es un gran reto.
Fuente de información: El Comercio
1 comentario:
Holla su espacio online es muy trabajado,esto es la tercera vez que hay visitado su pagina, buen espacio!
abrazo
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